La Gueste d’Ánimas. Riaño

La Güeste de ánimas, presente en León y Salamanca, así como Estadea en Zamora, es una procesión espectral de almas en pena. Estas almas, vestidas con mortajas blancas o negras, recorrían los caminos durante las noches del mes de noviembre, emergiendo de cementerios o iglesias para reprochar a los vivos sus faltas, anunciar muertes o cumplir penurias impuestas en el más allá, en busca de redención por sus pecados.
La primera mención de este fenómeno en la Región Leonesa se encuentra en el Auto de los desposorios de Moysen, escrito en Salamanca alrededor de 1570
El término Güeste provendría de la expresión Hostis Antiqua, que significa “el ejército antiguo”, con raíces en los pueblos nórdicos, simbolizando una hueste de guerreros muertos del panteón pagano.
Otros estudios sugieren que esta leyenda tiene su origen en el Samhain de los celtas, un momento en el que los muertos regresaban al mundo de los vivos por unas horas. A medida que la creencia pagana se entrelazó con el cristianismo, se transformó en lo que hoy conocemos como procesión de almas en pena. Se cree que estas almas permanecen atadas en el purgatorio y solo pueden liberarse a través de misas y oraciones. Al encontrarse con la Güeste, se aconsejaba protegerse para evitar que le arrebataran el alma, dibujando un círculo en el suelo con sal, tiza o una rama de tejo y colocándose dentro.
La toponimia también rememora esta leyenda en el cercano bosque de las Biescas, en Riaño, donde hay un lugar llamado “la reguera de las ánimas”.