Aunque no seamos conscientes de ello nos estamos moviendo continuamente a ciento siete mil kilómetros por hora alrededor del Sol. Cada día nos encontramos a 300 millones de kilómetros del lugar donde estábamos hace medio año. Este movimiento de la Tierra hace que en cada época del año veamos un cielo diferente sobre nuestras cabezas. Diciembre, con sus bajas temperaturas, no facilita la observación serena igual que hacemos en las noches de verano pero queremos celebrar el renacimiento del Sol en el solsticio de invierno para mostraros las constelaciones y estrellas que no podemos ver en otras épocas del año. También hay estrellas fugaces y planetas tan interesantes como en los meses de asueto y canícula. La proximidad al solsticio y los días más cortos del año nos invita a hablaros de algunas de las leyendas que inspiraron y cual es su base científica. Esas leyendas han tenido y tienen un profundo arraigo y trascendencia en nuestra cultura. Desde la Fundación nos invitan a conocer los secretos del cielo de invierno. | 
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